¡Hola, buena gente!
Espero tengáis ya puesta a enfriar la tercera botella de cava para descorchar. Después de Ben Alí y Mubarak, el coronel parece que está al caer, eso sí, dejando un reguero de sangre y años de opresión, como buen tirano. (Una amiga mía, vecina que lo fue por un tiempo, decía que descorchaba un botella cada vez que atracaban un banco. Razones no le faltaban: separada, con tres hijos y dos préstamos que le sangraban su nómina de enfermera todos los unos de cada mes).
Emilio Ramón: es la segunda vez que te veo por estas páginas, lo cual es motivo de alegría. No sé nada de tí, más que lo que pones en la ficha del álbum, que siempre será mucho menos de lo que la realidad es. Carpintero. Es una de las profesiones que a mí me hubiese gustado ejercer de haber tenido que vivir de un oficio. La madera es un material noble, está en la esencia de la persona mucho antes que los metales, y no mancha, por mucho que te llenes de serrín: un suflado de la pistola de aire te deja nuevo, lo que no puede decir el albañil o el mecánico.
A mí se me daba bastante bien, allá con el señor Coque. Y lo del torno me gustaba, pues era algo así como lo del alfarero, que a su vez es como lo del escultor: vas modelando según metas más o menos la gubia.
Yo le hice a mi madre una fusa y una parafusa, que todavía andan por casa.
A través de Galán he recibidio los tres números del Piñolo que ofreciste. Gracias. Mejor -cuando tenemos cosas así sueltas- que estén en manos de uno, en este caso mías, que cuando haga recuento de los que en su día me envió el citado, daré cuenta de los números existentes, pediré que si alguien tiene algún otro me lo envíe por el mismo cauce y a la larga volverán a revertir en beneficio de todos o de quienes quieran: pediré presupuesto por su actualización tipográfica, que no de redacción, puntuación ni ortografía, los mandaré a encuadernar y a tanto la colección, el que quiera la puede tener.
Seudónimos, Anónimos y Jesusín el Pelgar: pienso -yo, que obtengo mejores rédito pensando siempre bien que no haciendo caso al "piensa mal y acertarás" aunque esto sea más veces cierto que lo primero- que quienes os escudáis en un seudónimo sois personas tímidas, que queréis estar pero no significaros. Por tanto, mientras guardéis las elementales normas de comportamiento, a mí me caeis bien, mejor dicho, no me caéis mal, sois uno más en mi mundo irreal como los es Juan Pablo Silvestre que presenta "Flor de pasión", un programa musical por las tardes en RNE-Radio3 o Manolo Fernández, que hace lo propio con otro los fines de semana sobre música contry en la misma emisora, y de quienes no conozco su rostro. Ellos y vosotros sois parte de mi "país de las maravillas".
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De los anónimos ya no tengo la misma opinión. Son en principio personas cobardes, de mala "jai", pues nunca, ni aquí ni en parte alguna he visto un anónimo para comunicar una noticia en positivo, de las que dan buenas vibraciones. Creo que en la escuela estaban en el grupo de los chivatos, casi seguro. Siempre queriendo arreglar el mundo con malas artes. Son, además de personas que probablemente no les haya ido muy bien en su vida laboral o de relaciones sociales, personas que hacen poco el amor (lo que no tiene nada de extraordinario ni de tragedia cuando ya la "mili" queda muy lejos) y que cuando lo hacen lo hacen mal. Son, pues, mal follaos. Y como viene cual anillo al dedo, un paréntesis para un chiste: "Una recién diplomada, realizando una encuesta para una casa de profilácticos, que quería tener una estimación de mercado, le pregunta a un joven, cachas y mal encarado, que salía del gimnasio: "¿Cuántas veces hace usted el amor a la semana?", que era la pregunta de la encuenta. "Yo, todos los días" contesta con su mala jeta de persona avinagrada. Un sepsuagenario que venía por la misma acera, es abordado por la encuestadora: "A ver, buen hombre, para una encuesta: ¿podría decirme cuántas veces hace el amor a la semana, si es tan amable?". A lo que el anciano, sonriente, con una expresión que emanaba paz y felicidad, contesta: "Una vez al mes". "Pero, bueno -dice la encuestadora perpleja-: este joven hace el amor todos los días y vaya con su cara..., mientras usted una vez al mes y qué feliz..." A lo que contesta el abuelo: "Es que me toca hoy".
Moraleja: en el amor como en todo, no importa tanto la cantidad como la calidad.
Y qué decir de ti, Jesusín el Pelgar, qué Pelgar, San Pelgar. Que te identifiques piden algunos. Pero, bueno, ¿os imagináis a alguien, Corias, años sesenta, decirle al compañero de clase o de celda: toma, lee este TBO del Guerrero del Antifaz que he comprado, y que cuando el otro fuese a mirarlo viese que el guerrero estaba sin antifaz? Sigue así, muchacho, que lo que le sobra a la vida es previsión, reglas y actuaciones ortodoxas. Además, yes un rapaz muito de los míos, con filosofía sencilla y natural, enraizada en el pueblo pero por encima del pueblerismo, pícaro a veces, socarrón otras, correcto justo en el límite. Sigue así, Jesusín, Gran Pelgar.
Desde Sierra Nevada (Granada), a donde he bajado con los del instituto y sus profesores de E.F., Sol y Nieve.-jrFRANCOS
3 comentarios:
Envidia sana me das,amigo JRFrancos,pero incluso desde esas latitudes haces comentarios excelentes,pásatelo muy bien y cuidado con las granadinas,son peligrosas,Slds cariñosos.
Amigo te felicito,
por tu presente escrito,
corto e interesante,
y alejado del pedante,
que si roza en pisaverde,
es necio e intrascendente.
Ya te comenté otrora,
que lo que más se valora,
además de calidad,
es relatar brevedad,
lo que sea más de un folio,
es inmersión en un rollo,
pues bueno si corto es,
es multiplicar por diez.
Y desde esta Verde Costa,
te envío un abrazo a posta.
Amigo Víctor, pareces de "Madrí". Las mozas de Graná, son "granaínas". A pesar de la mala "follá" y todo.
Esto último lo puedo decir con propiedad pues, he vivido entre Granada capital y provincia, más de tres años consecutivos por esos pagos, en los años noventa del siglo pasado.¡Ea!
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