jueves, 4 de octubre de 2012
EL BLOG ESTÁ QUE ARDE
Como muy bien dice Maribel, el Blog estos días de
aniversario está hiperactivo del todo; ¡vamos, está que arde la cosa! Y yo aprovechando el buen momento actual, también
voy a colaborar para que siga esta buena
racha.
El sábado pasado, estando en la Bodega del Narcea, mientras
degustábamos los pinchos y el refrescante tinto cangués antes de comer, unas
amigas y esposas de compañeros estaban hablando muy bien de este blog y de
todos sus colaboradores. Una de ellas me mencionó a mí concretamente, para
atribuirme generosas cualidades inmerecidas y
como remate de estos elogios dijo: es que el “Prior” es completo ¡Ea! Frase
rotunda donde las haya y de una vez; sí señor. Yo me siento muy halagado por lo
que ha dicho esta guapa moza y se lo agradezco sinceramente, pero yo pienso que
ella se referiría más al aspecto físico, es decir: a que de momento no me falta del
todo ni el pelo, ni los dientes, ni las orejas…etc. De todas formas me siento muy honrado por su reconocimiento, dicho de forma tan generosa
y halagadora.
Y como a nadie le amarga un dulce, dicha frase no la he
echado en saco roto, no; porque he pensado que yo podría hacer como hacen los
que sirven algún producto a la casa real
y si ésta les llama después para reconocerles la calidad servida, a partir de
ese momento, esa firma ya puede lucir en la puerta de su establecimiento, si así
lo desea, el rótulo que dice: PROVEEDOR OFICIAL DE LA
CASA REAL. Yo, si sigo esa misma pauta, a partir de ahora también podría firmar como bloguero
Prior, “el completo”.
Bueno amigos, una vez hecha esta pequeña broma, paso a
exponer otra cosa que desde hace tiempo
la vengo pensando y supongo que a muchos de vosotros también os pasará. El otro
día lo comentábamos José Manuel y yo durante la sobremesa en la comida, y es lo
siguiente. ¿Quién nos iba a decir a nosotros de niños que transcurridos los
años estaríamos hablando con nuestros profesores y tutores casi de tu a tu, sin
el muro aquel impenetrable, como de hormigón armado, que existía entre los profesores y los
alumnos en aquellos tiempos? Es más,
casi diría yo que ahora los alumnos estamos situados en un plano de cierta superioridad
sobre nuestros profesores y no por desméritos
de ellos ni cosa parecida, todo lo contrario, sino por la edad. Hay que tener
en cuenta que tenemos entre diez y quince años menos que ellos y a estas
alturas de la vida esa distancia se nota mucho. A mí me da la sensación de que se
han invertido los términos y ellos sienten cierta admiración y reconocimiento por
todos nosotros al vernos joviales y en buen estado: tanto físico como mental,
independientemente del grado social que haya adquirido cada uno, pues les parece que eso es el fruto de los esfuerzos
que ellos dedicaron durante muchos años para educarnos y hacernos hombres de
provecho, como muy bien dice el padre Jesús Martín en su emotiva carta enviada con motivo del encuentro Corias 2012.
Yo no sé si es timidez residual mía o qué es, pero cuando
tengo delante alguna de estas personas que fueron nuestros profesores, a pesar
de que todos ellos se muestran muy cercanos, cariñosos y agradables con
nosotros, a mí todavía me cuesta desinhibirme del todo y manifestarme tal como
si lo hiciera delante de un amigo o compañero, porque aún pienso que si desbarro
en algo de lo que diga, esto podría ser tomado en mi contra a la hora de
puntuarme. En los casos de los padres de mayor edad el usted es inamovible,
pero en los casos que ellos mismos te insinúan que los trates de tú, a mí me
cuesta gran esfuerzo el hacerlo. Concretamente, con Morán, me costó bastante y
eso que fue él quien me lo propuso. Aprovecho para felicitar a nuestro profesor
Olegario que asistió este año por primera vez a Corias en el último sábado de
septiembre y lo pasó estupendamente. Se le veía contento y pletórico después de
47 años sin contacto alguno con sus antiguos alumnos; vamos, estaba el mozo como un flan. Así nos gusta que
sea y eso es lo que se pretende con estos entrañables actos.
Yo pienso que estos encuentros que tenemos anualmente son
muy reconfortantes para todos, aunque haya gente que piense lo contrario, pero
también son oportunidades estupendas para darse uno cuenta de lo rápido que
pasa la vida. Pasa tan veloz como si fuera un soplo de aire. Basta pensar en
que hace poco más de tres días, estábamos
todos en Corias correteando por los claustros con pantalón corto y hoy en día, la
mayoría de nosotros ya nos vamos acercando poco a poco a los setenta. Fijaros
sí será así que, de vez en cuando a algunos de vosotros los nietinos os dicen:
“güelu que vieyu tas”.
De todas formas, no nos quejamos de cumplir años ni mucho
menos. Solamente reflexionamos y siempre concluimos diciendo: ¡Cómo nos gusta
juntarnos de nuevo a todos los exalumnos del convento coriense, y qué bien lo
pasamos!
B.G. G. bloguero
“Prior”
P. D. Muchas felicidades a la promoción de 1962- 1969, en su
cincuenta aniversario
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3 comentarios:
Benjamín, algo parecido a lo que te pasa a tí con los profesores, me pasa a mi con vosotros. Cuando entré en Corias siendo un mocoso de 9 años, los que estabais en 7º erais como una referencia que entonces me parecía inalcanzable, hasta el punto que me acuerdo más de vosotros que de los profesores. Recuerdo que solía pensar que erais unos privilegiados que sólo os quedaba un curso para perder de vista aquel caserón y a mí me quedaban por lo menos 7 que para mí significaban media vida y eso me infundía un respeto casi reverencial. La consecuencia de aquel estado de ánimo es que procuras buscar protección en compañeros mayores que tú que puedan paliar la sensación de desamparo en la que te encuentras. En ese sentido, para mí, saber que podía contar con Felipe me daba bastante tranquilidad; de hecho, siempre tuve muy buena relación con los de su curso a los que he felicitado en otra entrada y que reitero en esta en la que se les recuerda expresamente. Gracias a todos por hacermelo más facil en aquellos tiempos.
No creo que ningún profesor se sienta ofendido porque lo tratemos de tu, salvo excepciones.
Recuerdo cuando asistió Carmelo a Corias y me tocó pronunciar unas palabras en las que lo traté de Vd., aunque me había pedido lo contrario.
En ellas maticé que no era mi intención, con este tratamiento, mantener la distancia, ni por diferencia de categoría o similar, mas bien era por respeto, agradecimiento y reconocimiento a su labor como educador en la etapa que nos tocó convivir en Corias. Pretendía, con este tratamiento, resaltar, aún más, su trabajo como tutor y confidente.
No veo el tratar a una persona de tu como un desprecio ni una falta de educación, sobretodo en las circunstancias en las que nos encontramos hace unos días.
Hace ya muchos años, durante un recreo en el patio grande, se me escapó decir Morán, en una conversación entre compañeros y me costó un castigo de una oreja que estaba al quite.
También es cierto que, en alguna ocasion, el trato de Vd. es indispensable cuando se quiere mantener cierta distancia o no se pretende el acercamiento de la persona que está enfrente.
Roberto, esa distancia que cveías en nosotros la veía yo, cuando llegué, y sólo existía tercero.
Si digo la verdad, algunos esperábamos algo más de esta promoción que cumplió ahora los cincuenta años de su entrada en Corias. Al menos algo, como lo que hicieron los de la primera promoción del superior que cumplieron el cincuentenario en el año 2009 y expusieron murales, discursos, anécdotas…etc. En realidad esta promoción de ahora, lo único que hicieron de extraordinario fue la foto y nada más.
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